Retomando mi
formación de coaching he vuelto a recoger información que tenía archivada, pero
la recupero gracias a este proceso y lo comparto con todos vosotros.
Así como el
título es la historia sobre la que voy a hablar hoy, el triple filtro se
remonta a la época de Sócrates, la verdad es que después de leerlo te dan ganas
de publicarlo en todas las RRSS y medios de comunicación para ver si así somos
capaces de mejorar cada segundo de nuestra vida, ayudaría a no malgastar el
tiempo, a no crear enfrentamientos, lo cierto es que también incurrimos en
generar más aburrimiento, dando por hecho que el tipo de personas que se
dedican a criticar y hablar mal de los demás es porque no tienen mucho en su
vida y necesita la de los demás.
Nuestro
maestro Sócrates nos da una lección:
En la
antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que
profesaba a todos. Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le
dijo: ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
Espera un
minuto replicó Sócrates: Antes de
decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del
triple filtro.
¿Triple
filtro? Correcto continuó Sócrates. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede
ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo
llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad ¿Estás
absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? No dijo el hombre, realmente solo escuché
sobre eso y… Está bien dijo Sócrates.
Entonces realmente no sabes si es cierto o no. El segundo filtro, el filtro de
la bondad ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo? No, por el contrario… Entonces, deseas decirme algo malo sobre
él, pero no estás seguro de que sea cierto. El tercer filtro de la utilidad ¿Me
servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo? No, la verdad es que no. Bien concluyó Sócrates, si lo que deseas
decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría
saberlo?
Pues
aprendida la lección tan solo nos queda practicarla con mucho énfasis para que
se nos grabe a modo de hábito y seamos capaces de extender esta buena praxis a
todos cuantos nos rodean.
“Tres
filtros y tu calidad de vida aumenta” sería un buen eslogan de marketing para
cualquier marca, pero no existe mejor marca que la tuya propia.
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