Cuántas vueltas
daremos al cabo de la vida buscando la receta perfecta para triunfar, para
destacar y sobresalir frente a los demás. Siempre intentando ser mejor que el
de al lado, y siempre viviendo pendiente del prójimo.
Tanto tiempo pasamos pendiente de los demás, que no nos acordamos de nosotros, le damos una importancia vital al resto del mundo, se nos va la vida en ello, es increíble, y luego no somos capaces de cuidarnos a nosotros mismos, no hacemos ningún esfuerzo por nosotros, es cierto, pensarlo un momento, ¿cuantos de nosotros empleamos tiempo para mejorar? ¿cuánto tiempo usamos para analizar nuestro día? muy pocos son los afortunados que sienten la necesidad de analizarse día a día durante un rato para poder ir creciendo y mejorar su posición en la propia vida.
Tanto tiempo pasamos pendiente de los demás, que no nos acordamos de nosotros, le damos una importancia vital al resto del mundo, se nos va la vida en ello, es increíble, y luego no somos capaces de cuidarnos a nosotros mismos, no hacemos ningún esfuerzo por nosotros, es cierto, pensarlo un momento, ¿cuantos de nosotros empleamos tiempo para mejorar? ¿cuánto tiempo usamos para analizar nuestro día? muy pocos son los afortunados que sienten la necesidad de analizarse día a día durante un rato para poder ir creciendo y mejorar su posición en la propia vida.
¿Y nosotros?
¿Cuándo nos cuidamos? De verdad, ¿nos valoramos? Ni siquiera donde está lo
mejor de nosotros mismos, no somos conscientes de lo fuertes, rápidos,
profundos o sentimentales que podemos llegar a ser, solo nos preocupa el de al
lado, el ser mejor que ellos. Y eso es un mal síntoma que no nos ayuda a seguir
avanzando, es un mal hábito.
Buscamos
nuestra marca fuera, dependiendo de los demás, y estamos equivocados, cada uno
tiene su camino y debe saber andar, correr y saltar por ese camino, no siempre
va a ser llano, pero es tu camino, y solo hay algo que te acompañará siempre,
TU ESENCIA, aquella que despierta interés en los demás, ese interés se
manifiesta de muchas maneras, puede ser en forma de empatia tanto como envidia, pero sea como fuere, es tu esencia la que te desmarca de un conjunto o
grupo
¡TU ESENCIA ES TU MARCA!
¡TU ESENCIA ES TU MARCA!
¿La
cuidamos? Ni siquiera la identificamos, no sabemos bien cuál es ni donde
reside, no nos molestamos en sacarla a relucir, en limpiarla y lucirla, pero es
nuestra, esa esencia es la que te hace diferente, es la que hace que te miren,
que hablen de ti, que causes una sensación solo con tu presencia, es sensación
de seguridad en un nuevo círculo de personas, y sin hablar, te miran, y tu sonríes,
es tu esencia.
La Esencia
no se trabaja, se madura con el tiempo y la experiencia, se prodiga por los
rincones de tu vida, se trasmite a través de tus palabras, de tus gestos y de
tu presencia, tu esencia se siente y más aún, se nota cuando estás ausente.
Cuando
deambulas por la vida, y sin más, te encuentras con portadores de esencia, no
hay más que hablar, está dicho, una mirada, una sonrisa, un café o una
conversación es suficiente, da igual el modo, antes de emitir un sonido o un
gesto, las esencias ya están abrazadas entre sí sonriendo y mirando como
nosotros, nos acercamos para dar vida a aquello que es esencial, la vida entre
seres humanos que aportan valores y principios, con ganas de crecer y aportar a
la vida propia como ajena, eso solo se puede hacer, si quieres, deseas y tienes
ganas de buscar tu esencia y compartirla.
Os dejo a vuestra elección, pero por lo que a mí respecta, por favor, me podéis arropar tanto
como deseéis con vuestra ESENCIA, ¡Gracias por hacerlo! ¡Ese pequeño gesto, me hace
crecer como persona!
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