¡Tan solo
10! Eso es lo que necesitamos todos para marcar la diferencia entre los demás. Aquél
que sea capaz de poder aportar 10 segundos más a todos sus pensamientos y
acciones será eternamente enriquecedor para su vida y marcará un antes y un
después dentro de la misma.
Es el tiempo
estimado para no apresurarse, para no ir corriendo en todo lo que pensamos y
hacemos. Esos segundos son parte de nuestra historia, la diferencia de tiempo
queda marcada en los hechos y estos, a su vez, marcan nuestro camino, nuestros
actos y nuestras consecuencias. Todos disponemos de ese tiempo para todo lo que
pensamos y realizamos pero, ¿cuánto lo utilizamos? Realmente es algo para
detenerse y pensarlo. Sí, aún más, nos damos cuenta de lo importante que es,
seguramente cambiará nuestra manera de vivir y podremos mejorar nuestro
devenir.
Con ese
tiempo de valor añadido conseguiremos muchas cosas, podremos aventurarnos a
demostrar lo que sentimos en una despedida con seres queridos, podremos palpar
a través de los latidos del corazón cuanto de bueno es mantenerse abrazad@ a
alguien querido durante ese periodo de tiempo, incluso podremos saber cuántas
sonrisas somos capaces de provocar si utilizamos ese tiempo en cualquier
conversación telefónica con alguien que nos necesite.
¿Cuántas
veces nos paramos a pensar en lo que necesitan los demás? Prácticamente ninguna.
Somos intolerantes con el exterior y solo nos preocupa nuestro Yo, mis
contactos, mis apariciones, mis RT, mis followers, mi competencia, mi imagen,
mis visitas, mis posts, mis círculos de gente a los que tengo enganchados, mi
todo lo que tenga que ver con mi Yo personal. Pues si a todo esto le
implantamos 10 segundos de tolerancia y de preocuparnos por los demás,
seguramente, aunque no lo sepas, tendrás mucho más de todo. Eso sí, siempre que
lo hagas desde el corazón, porque interesadamente ya hay muchos por desgracia. Lo
que marca la diferencia es el corazón puro, son esos detalles que nacen cuando
aplicas esos 10 segundos en los demás. Eso sí que es maravilloso, porque
realmente no piensas en lo que te tiene que reportar, tan solo aplicas esa
dosis de corazón que abastece a otra persona y hace que sea feliz.
Por tan solo
10 segundos de nuestro tiempo aplicado al prójimo estamos revitalizando el
mundo, desde nuestro yo interior es desde donde se puede cambiar el mundo.
Ahora más
que nunca es cuando podemos marcar la diferencia, pero solo aquellos que
tenemos 10 segundos para los demás. Si los tienes tú también, úsalos porque
hacen mucha falta. Eso sí, no se los prestes a aquellos que están impregnados
de sí mismos y así les ayudarás a que echen de menos 10 segundos de alguien que
le escuche y le atienda o tan solo que le dé un abrazo cuando se esconde en su
verdadera intimidad y se enfrente a sus complejos personales y sus miedos
existenciales. Entonces es cuando necesita de verdad 10 y solo 10 segundos de
alguien a quien sin llamar previamente se los conceda para su bienestar.
Si eres de
los que tienes 10 segundos bríndaselos a quién realmente lo necesita y
se lo merece.
¡Esos 10
segundos los convertirás en horas de Felicidad para otra persona!
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